A veces dan ganas de ser el instante
en el que se abren las flores,
en el que cae la última hoja,
la salida del sol;
sólo para hacerse notar
entre el ramillete de guiños
a ver si al menos uno voltea.
A veces dan ganas de ser el viento
que oculta todas las caras
en el rincón oscuro de una bufanda,
de ser el rasguño de frío
que baja todas las miradas
y les obliga a sentir
un poco de vergüenza.
A veces dan ganas de ser la tierra
y embarrarse de todos los pasos;
para quedarse en un sólo lugar,
echar raíces y aprender de piedras.
Tomar con manos secas un zapato,
coleccionar tropezones,
besos de arena a la humillación.
Qué ganas dan a veces de ser un espía
como tantos entre la inercia y el olvido,
ser lo vivo dentro del ente mudo,
la vejez transparente de lo cotidiano
que escucha todas las rutinas
con la conciencia de cada aliento
y la luz de todos los ojos.
18 de mayo de 2008
Naturaleza Viva
Charco de
Beatriz Pimentel
a la/s
8:33 p.m.
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3 comentarios:
Muy chido, Bety. Mi parte preferida:
"A veces dan ganas de ser la tierra
y embarrarse de todos los pasos;
para quedarse en un sólo lugar"
Abrazo
Que belleza de poema!
una mirada lejana, saludos.
Hola debo reconocer que eres muy buena, me ha agradado lo poco que he podido leer de tu arte. Un saludo
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