(Por Mónica, David, Julio y Beatriz)
El camarón camaronea en la cama camada, y pasado el tiempo todos cayeron en el silencio de las palabras mudas, de polvo, mezquite y huizache. Gotas de luz saltan sobre la piel lisa del pavimento: trepatepayatanepanapalapalepitopitapo. Se paró el tiempo y las montañas no tuvieron más fe para bailar. El tiempo es inevitablemente circular.
La noche se derrumba en mil estrellas fosforecentes; para que ellas volaran hicieron falta mariposas. Rasca masqui estropofosqui anonamiere: Fiesta mental que deleita los sentidos, estalla en mil esferas que roen los recobecos del tiempo. Cuando se apagó el aire, no quedó nada, más que el murmullo de una sonrisa con el alma a la deriva, como si fuera un laúd en donde todos los vientos tañen.
2 comentarios:
Ya tenía tiempo sin entrar a este rincón. Trataré de ponerme al día con la lectura.
Saludos.
Pues les salió muy bien el cadaver. EL último parrafo es muy exquisito. Saludos.
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