Un día no es como todos,
un día tropiezas con los años
y caes al tremendo vacío del descuido,
de lo irreversible.
Perdiendo la mente,
pierdes toda esencia
Los gritos te desvanecen,
sonidos estridentes,
arde el cuerpo,
la cama es prisión,
barrotes de agujas y tubos
que te cubren de violeta
No entiendes nada,
no distingues nada,
tu lengua ya no te responde,
escuchas sin reconocer.
Te hieren luces de rostros difusos,
mientras tu cabeza juega
a confinarte en recuerdos-pesadillas
Así tu vida se transforma
en ausencia errante
de toda identidad,
rutina del día anterior:
Olvida fugaces dedos
virtudes y privacías.
Olvida que tus rodillas son más
que candados y ramas tiesas.
Olvida todo menos escuchar
los recuerdos más lejanos,
en melodías y dulces pasiones
Pero sobretodo olvida tu fe,
que sabías que te amaban.
Olvida el tiempo.
Olvida el día blanco
preso de escalofríos,
cuando aún creías
que mañana todo sería igual.
28 de noviembre de 2005
Un día no es como todos
Charco de
Beatriz Pimentel
a la/s
3:33 p.m.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
6 comentarios:
La vida es curiosa ¿qué no? Volviendose tan oscura que los días brillantes nos fastidian. Yo por eso cargo lentes de sol.
Bendiciones, mi querida dama.
Ya vi que me incluyó en su lista de ligas ahora que parece que vendré más seguido a estos changarros. Gracias, slaudos, y por aquí andamos.
bonito...
chido..
Si no publicas algo pronto, no vuelvo a entrar.
Si... Besitos...
Chale, este texto está bien darketo, honestamente no te lo creo, está demasiado azotado para ser real, demasiado de niño de prepa que caguama en mano grita ¡Rimbauuuuuud!
Más textos
Publicar un comentario