Yo supongo, y me aferro a creer, que detrás de las letras existen otras noches, otras miradas, otras verdades disfrazadas de insomnio y ciego palpitar de teclas: De repente se siente el espasmo de inspiración y vértigo, que me apresura por una hoja en blanco, como quien busca una bolsa para vomitar un poema. C H A R C O S: OBERTURA

11 de marzo de 2007

OBERTURA

En esa primera vez
pareció no existir conciencia
de lo que tramaban.
La música, la tenue luz
opacada por humo de cigarros,
el ardiente sabor dulzón en la boca,
miradas veloces colándose
entre un paso de baile y otro,
todo comenzó a fusionar el tiempo,
hasta soltarlos en el estado
de absoluto impulso.

Seduciéndose los pies al unísono,
los aromas embriagaron las mentes
en el extravío:
el perfume de ella
expandido fugaz en un giro
el aroma de él,
ineludible:
sándalo desbordado en la habitación,
en el presagio de un comienzo
que tal vez no perteneciera al azar.

Las manos,
dragones luchando entre brasas:
un roce en el hombro,
un dragón en el cuello,
otro en la espalda,
lamidas de lagarto,
resplandeciendo en el cuerpo.
Se apresaron mutuamente,
entre escamas brillantes
y alientos candentes:
la apertura del deseo.

La gente se fue desvaneciendo,
algunos realmente partían,
la mayor parte se marchaba
sólo en la mente de esos dos
inmersos en su danza.
Al fin quedaron solos.
Si fue soledad verdadera,
o sólo su percepción
hastiada de voces
que desapareció al mundo,
eso ya no importaba.

En un rincón de luz deshecha
los dragones se movieron
tan lentos como amenazantes,
embistiendo hacia dos rostros
cada vez más cercanos.
El fuego se encendió en las mejillas
ante la música en declive
y el espacio dejó de existir.
Labios en llamas,
un torrente de humedad.
Entonces desapareció todo.

Ella despertó en su cama,
lejos de luces tenues y humo.
Pero el sándalo persistía
y el recuerdo de dragones,
fantasmas bailando sobre ella
y dentro de ella,
junto con las últimas palabras:
augurios fugaces
de eso que tramaban,
de eso que quizás
inició todo.

6 comentarios:

Alfredo Carrera dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Alberto Espejel Sánchez dijo...

siento que a veces tu poema es grande, tal vez es por algunas cuántas líneas pero en general deja un sabor en la boca bueno, tal vez no tan dulzón como el sándalo desbordado pero sí tan bueno como el de la pintura de giovanna (algo así dice en la firma, giovannamora, algo así)

el tuyo parece un poema que sale de una pintura, pero que una vez fuera hace su propia historia

también recordé la canción de wham de "never gonna dance againa" (no tengo idea de cómo se llame)

éstas partes me parecenb las grandes:

-Pero el sándalo persistía
y el recuerdo de dragones,
fantasmas bailando sobre ella
y dentro de ella,-

-todo comenzó a fusionar el tiempo,
hasta soltarlos en el estado
de absoluto impulso.-

-el presagio de un comienzo
que tal vez no perteneciera al azar.-

-Se apresaron mutuamente,
entre escamas brillantes
(...)
la apertura del deseo.-

COMENZÓ A FUSIONAR EL TIEMPO ::
:: EL ESPACIO DEJÓ DE EXISTIR

en fin, salu2

Karina Falcón dijo...

La apertura del deseo y la humedad. Me evocan la palabra -vapor-; la acción del vapor habitando la aridez de lo que no puede tocarse, pero bien, se percibe. Esto es extravío, un extravío al unísono. Que rico Beatriz...

Un beso.
K.F.

Unknown dijo...

es chistoso como siempre acabo encontrándome a la misma gente en la red. No importa que tan grande se supone es el internet. Buscaba la palabra OBERTURA porque así se llama mi blog a ver si aparecia en los buscadores y paré aqui. También soy de morelia y veo gente conocida en tus enlaces y en tus comentarios, por eso todo ese rollo. Mucho gusto :P

D dijo...

Me gusto.

Saludos!

Anónimo dijo...

si dice Giovanna MOra yo lo hice hace mucho pero lo destruí,ya no existe solo en tu blog, curioso volver a verlo